Siempre hay un momento en que me pregunto: ¿pasará hoy? No lo sé; nunca lo sé y en el fondo me angustia. Es la esperanza lo que me impulsa a seguir; no hay garantías, como si se tratara de una apuesta.
Pueden llamarme soñadora, ingenua, o cualquier cosa por el estilo, pero estoy convencida de que todo es posible.
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