jueves, 3 de febrero de 2011
...Andorra...
Cómo explicar la sensación de estar casi completa, de estar en un punto de tu vida que te va bien, de haber vivido uno de los días más felices de tu vida, bueno me explicaré mejor:
Durante una semana en otro lugar, llamado Andorra, he vivido algo fantástico, ya he estado en la nieve, la he tocado, he esquiado, hasta aquí normal, no? Bueno para mí no es solo eso, Andorra, Andorra ha sido una especie de paraíso en el que la diversión, el cansancio, el placer, la satisfacción, la lucha, las risas, el frío no se acababan nunca, o por lo menos el estar una semana allí y experimentar de todo pero bien vivido ha sido gratificante. Levantarte cada mañana, que te den cada día un: Buenos días, con buena cara y una sonrisa, desayunar hasta explotar, esquiar 8 horas sin parar, hacer veladas de todo tipo, cenar de nuevo hasta explotar, descansar y así durante una semana, eso ha sido todo un lujo y algo que repetiría sin ninguna duda.
Para empezar a contar este viaje debo empezar por los saltos de mi compañera al despertarse por culpa de mi despertador, que aún asustándose me daba un buenos días con una sonrisa y porque no un buen abrazo mañanero. Bajar al hotel y ver todos los caretos de tus compañeros recién levantados, comiendo sin parar, irnos hacia el autobús para regresar a las pistas para esquiar durante horas, ver las caídas, reírte, caerte tú, descojonarte, comprobar velocidades diferentes, adrenalina que sueltas y que gritabas de la emoción, de la diversión y imaginarte la cara que se te queda al ver tus superaciones y superar tus miedos durante una semana. Regresar de nuevo al hotel destrozados de cansancio y aún así dándolo todo en las veladas, pasarlo en grande, ir a cenar y después descansar para volver a repetir al día siguiente, el dormir aunque no lo parezca costaba y se agradecía esos masajitos que ayudaban a que tus párpados se cayeran solos hasta quedar totalmente “inconsciente”, el hablar durante horas sobre tus cosas, aumentar las relaciones, abrirte, desahogarte, demostrar tus emociones... Ha sido algo rutinario pero que repetirías una y otra vez.
Lo más mágico de allí es sin duda el ver nevar, el ver como caían esos copos enormes sobre tu cara, el no poder resistirte a realizar una pelea de bolas, a tirarte encima de la nieve, hacer un gran muñeco de nieve, el sentir el frío polar en tu piel y aún así resistirte a estar en la calle. Esa sensación que pocas veces has vivido y que es realmente emocionante, como pasas de ser un adulto y por un efecto meteorológico convertirte en niño durante minutos, es realmente una auténtica pasada estar allí y vivirlo todo en días. Creo que me quedaré con la última noche antes de irnos, su gran nevada y claro está su vista al día siguiente, correr la cortina y ver nieve por todos lados, en el tejado, el las barandillas, en el suelo…Sabes que lo has visto pero nunca con tanta precisión, es mágico y podría quedarme durante horas delante de una venta viendo caer la nieve y ver como poco a poco el lugar donde te encuentras se va convirtiendo en blanco, en un contraste de color precioso y que lo ves perfecto, el momento perfecto.
Pero todo lo bueno se acaba y el regreso fue largo y algo triste, montar en autobús durante 13 horas y ver poco a poco como la nieve iba despareciendo cada kilómetros que te alejabas y ver a tus compañeros rotos después de días de ejercicio máximo, verlos dormir como niños pequeños, como el silencio inundaba por el autobús pero en ese caso a mí, ni me afectó, quise ver cada minuto pasar mediante una ventana, quise ver como me alejaba de algo que me producía satisfacción y que regresaba de nuevo al mundo real…
Ha sido unos días de experiencias continuas, sensaciones diferentes y con una superación personal bastante alta.
Las relaciones personales también han cambiando, donde antes había aprecio ahora se ha convertido en cariño, y donde había cariño, ahora se ha convertido en pasión, era una sensación de sentirte protegida por todo y proteger a los demás. Nose ha sido algo que necesitaba, o necesitábamos todos, nos ha venido bien, así lo veo y la verdad repetiría cada minuto por igual, vivirlo de nuevo igual o mejor aún…pero tendremos que esperar hasta el año que viene para repetir.
Asique solo me queda decir, hasta pronto ciudad de la nieve, porque volveremos y porque no, quien sabe, pero puede ser para quedarnos....
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